Salvador Montealbán se retuerce en su cama. Transpira ahogado en bilis porque se está muriendo. Carajo, no le queda mucho tiempo. ¿Quizás paños húmedos, doctor? Cállense lo están aturdiendo. Padre nuestro que estás en el cielo sant. Ificado sea tu nombre, venga a nosotr. ¿Debería unirme al coro? Os tu reino. Hágase tu voluntad en la Tierra como en el cie. Patético, egoísta … . Hijo de puta, nunca reza. Es importante que reces, Joaquín. Se muere lo mismo. No discutan, la fiebre empeoró. Dos horas máximo, aumentando la dosis sufriría menos. Ay mi hijito, resistí vos que sos tan valiente. La virgencita me lo cura seguro. Arminda Montealbán se persigna –esta vez cree que sí, que se levanta de la cama sano y contento- . Fuerza mi señora, vamos, le preparo un tesito. Ojalá esissstiera algún yuyo curador. Soledad, dejá de llorar un poco querés. Pendeja, me pone histérico; de todas formas volvió más crecidita de Arequito…Quizás la semana que viene. Señores, calma por favor. ¡Está sangrando! Ay mi nene, ¡resistí! Dios mío. Se está ahogando, salí de ahí, no lo toques. ¡Callate de una vez Joaquín! Ay mi hermanito; los ojos se le ponen como de perro. Terminala primo, es difícil para todos. Porteño interesado, nada más que por la herencia; se vino desde allá por la guita; payaso. Salvador Montealbán convulsiona. Permítame señora, no lo agarre, es peor. Está en las últimas, pobre gente; estarán devastados como para pagarme hoy. Che Talita, traete unas toallas, dale. Mierda tanta sangre. Sí señor Joaquín, ya está el té señora. ¡Mierda de té, mi chiquito se muere! … . Lo dejo al costadito de la mesa, señora Arminda. Se va a enfriar y la agüita anda faltando. ¡Mamita, Salva se nos muere! Se puso blanco, ¡se puso blanco! ¡Dios Santo, hijo, hijo contestame, corazón, hablale a mamita! Señora…Dos minutos más. Calculo que a las once ya estoy libre para el consultorio. Cerrá la ventana Talita, pasame las toallas, dale.Qué fresco se puso.
Salvador Montealbán dice sus últimas palabras como descosiéndose: 'un puente que trastea un Occidente maltratado…' . Lanza un último vómito, esta vez, con menos fuerza y más esfuerzo –y es que el asco es inminente.
Mi hijo. Salva…hermanito. ¿Cuánto debería esperar para encarar el tema de la paga? Se fue con la misma cara que el viejo; la vieja y Soledad no lo van a poder soportar. Mejor me llevo el té y meto en la cocina. Qué lástima, che; era un buen pibe.
Se quedan callados para afuera. Salvador Montealbán está muerto, no saben lo que quiso decir. Las mujeres lloran al lado del cuerpo; los hombres empiezan el juego de pulgares cabizbajo. Nadie entiende una mierda.