Anda ganoso de franela y pelea. Pero sin minas en el bulo, ni falopa, ni facón la noche se le pinta compadrita y fanfarrona. -¡Qué hablás barullero! Calla al pibe de la pieza de al lado y escucha la bandola tristona por la radio y la garúa que golpea en la chapa oxidada y los zapatos lustrados para el baile que nunca va a ser acercándose a la baranda. Bocanada de angustia, farolito que se apaga. El doque se le planta espejo y entoces se asoma de a poquito al abismo de caserones a la hora de la siesta, putas cansadas, berretines saltando la rayuela. Espera que alguien lo salve. Nada. Entonces muerde un pucho y el fósforo lo encandila sin quemar el tabaco. -'Ta Madre! Están húmedos...
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