Palermo-Napoli I


Creo que debería serle fiel a las palabras auque no sean mías, aunque de todos. Vaciarme de versos, llenarme los poros: escribo descartando combinaciones para quedarme con poesía condensada en una tarde, en el movimiento de mi mano, en los gestos de la humedad. Es que escribo para dejar de usar palabras y hacer de una vez por todas: poesía. ¿El poeta es entonces espectador? Debería atravesar las palabras sin usarlas ni conocerlas. Darme cuenta de que son medio de vida, pero medio y no destino.

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