Fotografía VIII

La dueña del sol despierto es Catarina Da Seis. Se lo ganó casada con la miseria. El arroz de una semana, los condimentos de tres meses: feijoada todos los días. Catarina Da Seis recorre cada rua coleccionando esclavos del amor anónimo y el Pelourinho se le desdibuja entre la luna negrera, gastada de verla tantas noches. Ella, indigna de Amado y su cravo e canela, burguesa en su pobreza -poética para os boêmios desvelados. Catarina Da Seis recuerda : "Era sua livre hora de passeio, como gostava! De atravessar sob o sol, a marmita na mão. De andar entre as mesas, de ouvir as palavras..."   y hace resonancia en su cuerpo ultrajado: "...de sentir os olhos carregados de intenções..." . Las miradas deseosas que la corrompieron de a poco le empapan la cara. Se desespera, se da asco. Amanece y Catarina Da Seis se deja ser pura hasta que venga la noche.

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