Encuentro

Resigno parte de lo que

con mi palabra

ensucio


Casi creyendo que

mi mensaje se acopla

a mi poesía cadavérica


La tergiversación necesaria,

el acuerdo tácito del lenguaje que

se consume

apenas me pronuncio en

un sin-sentido,

eco de la forma virgen


(el origen orgánico:)

Mi lengua envuelve

una sola palabra,

la que me anula y

nunca

se termina de vaciar


Enumerar mil metáforas

de los ritos diarios,

cauterizar

la incógnita que

rebalsa desde otro lugar


En la traducción de

los sentidos

me empapo con

tu contexto receptor y

renuncio a

la definición del equilibrio cobarde,

a los eslabones de la retórica

atándome desde otro lado.


Abandono la contundencia y

me descoso


en un mismo acto.

(Desplegadas

las cosas

ocupan más espacio)


Me despego de

lo concreto para

atravesar

la página en blanco.


Por el mensaje perdido pero,

la lengua viva

(el idioma inventándose y

la palabra que se

aproxima),


vale la pena resignar

hasta

la desertificación de

las ideas.

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